Molibdeno, como Mo
Nota: Molibdeno » Aun cuando no es muy bien conocida la actuación de este microelemento en los procesos fisiológicos de los vegetales, parece ser que interviene en la fijación del nitrógeno en los nódulos de las leguminosas: la sulfo-ferro-proteína que constituye el componente nitrogenasa del complejo enzimático responsable del proceso biológico de la fijación del nitrógeno contiene uno o dos átomos de molibdeno siendo, por tanto, una molibdo-ferro-proteína (MoFe protein) mientras que el otro componente del complejo es una ferroproteína; en el metabolismo del nitrógeno dentro de la planta en especial en la síntesis de aminoácidos y de algunas enzimas; facilita la asimilación del hierro. Se aconseja aplicar: en cultivos leñosos en pre y postfloración y durante el engrosamiento del fruto o, en vid, al inicio del envero; y, en herbáceos, durante la primera parte del ciclo biológico, en pre y postfloración, al comienzo del engorde de los frutos o de la formación de los órganos de reserva. Si la deficiencia es por carencia o agotamiento se debe aplicar molibdeno directamente a la semilla (Cucurbitaceas), en el caso de leguminosas inoculadas con Rhizobium debe emplearse molibdato de amonio ya que el sodio es tóxico para las bacterias rizógenas. Debe tenerse en cuenta que un contenido excesivo de Mo en los forrajes puede ser tóxico para los animales por lo que se debe tener mucha precaución al hacer correcciones y no provocar Molibdenosis al tener el cultivo más de 20 ppm. Cuando se aplica por vía foliar, se aconseja mojar bien el envés de las hojas y realizar el tratamiento en momentos de alto grado de humedad. En general, se admite que el fósforo favorece su asimilación. La aplicación de molibdeno y boro favorece la producción de polen y, posteriormente, el desarrollo del fruto.
Se consideran cultivos sensibles a esta carencia: alfalfa, cebolla, cítricos, clavel, col, col de bruselas, coliflor, cucurbitáceas, espinaca, gerbera, guisante, lechuga, remolacha, rosal, tabaco, tomate, trébol.
Se consideran suelos favorables a la aparición de esta carencia los suelos ácidos muy lavados, suelos con exceso de azufre, cobre, manganeso y hierro, suelos muy secos o suelos encharcados; y temperaturas bajas.
Importante. En esta edición, en formulaciones que contienen boro o molibdeno, aparecen frases como «Agente quelante: EDTA » o parecidas; estas frases se refieren a los microelementos cobalto, cobre, hierro, manganeso y zinc y, en su caso, a los elementos secundarios calcio y magnesio o potasio pero nunca ni al boro ni al molibdeno. Estos dos últimos microelementos nunca aparecen quelatados ni complejados, siempre aparecen en una forma más o menos soluble, normalmente: ácido bórico, borato sódico, boro etanolamina o molibdato amónico.