
Nota: Magnesio » Sobre el carácter esencial del magnesio baste decir que no sólo entra en la estructura de la clorofila sino que también está involucrado en el enlace de las subunidades que constituyen los ribosomas y en el metabolismo del fósforo ya que interviene en su absorción, trasporte y en la transferencia de fosfato desde el ATP; en general, interviene en las relaciones enzima-sustrato y, en ocasiones, en el equilibrio de diversas reacciones tanto de síntesis como del metabolismo energético, formación de lípidos (aceites), xantofila, caroteno, etc. Con el calcio (Ca) interviene en la producción de pectina y fitinas.
El magnesio es consumido en grandes cantidades por las plantas, por lo que cada vez se hace más necesaria su aportación a los cultivos. Los excesos de calcio (Ca), potasio (K) y sodio (Na) pueden ocasionar carencias de magnesio por antagonismo; lo mismo puede ocurrir en suelos básicos. El nitrógeno nítrico favorece su asimilación. Es muy móvil dentro de la planta, por lo que, cuando falta, emigra de las hojas viejas a las jóvenes, manifestándose sus síntomas en aquéllas. Es típico de la carencia de magnesio la aparición de clorosis internerviales en las hojas (en los cereales la decoloración se inicia en los bordes), así como la presencia de coloraciones de tonos rojos, anaranjados, amarillos y aun púrpuras. Pueden presentarse carencias de magnesio en suelos normales después de un período de lluvias continuadas; son frecuentes este tipo de carencias en suelos con pH inferior a 5.
Entre los cultivos más sensibles a la carencia de magnesio se cuentan: acer, alfalfa, algodón, altramuz, apio, cereales, cerezo, chopo, ciruelo, cítricos, crucíferas, Foeniculum vulgare, girasol, guindo, judía, kiwi, Larix decidua, laurel, lechuga, lino, lúpulo, maíz, manzano, nabo, olmo, Ornithopus sativus (serradella), patata, pepino, Pinus silvestris, Pinus strobus, remolacha, roble, Sparmannia africana, té, tilo, tomate, trébol, Tropaeolum majus, vid.
Las formulaciones existentes en el mercado contienen el ión magnesio como quelato de EDTA o de otros compuestos, en forma organomineral flavonoide y como sales minerales. Todas ellas están recomendadas en el control preventivo y curativo de los estados carenciales debidos a deficiencias o desequilibrios en su asimilación, tanto si son debidos a una falta del elemento en el suelo como si son consecuencia de un exceso de calcio (Ca) o potasio (Na) -en ocasiones, procedente de un abonado incorrecto-, y en aquellos cultivos con grandes necesidades del mismo.
Aplicación foliar: deben ser calculada a partir de un correcto análisis del Mg disponible en el suelo y del extraído por la cosecha esperada. Las dosis que siguen únicamente pueden ser consideradas como orientativas. Aplicación foliar: 100-1.000 g o ml/hl. Aplicación al suelo: 25-250 kg o l/ha. Riego localizado: 25-150 kg o l/ha. Riego de pie o a manta: 50-250 kg o l/ha debiendo repartir la dosis entre varios riegos sucesivos o alternos. Se aconseja aplicar: directamente al suelo, a ser posible, antes de la siembra o plantación. En fertirrigación, riego a pie o a manta, en los 2-4 primeros riegos; riego localizado, en riegos alternos en los 4-8 primeros. En pulverización, cultivos perennes, desde la caída de pétalos hasta que las hojas adquieran su completo desarrollo; cultivos herbáceos y leñosos, en cualquier momento que exista posibilidad de carencia. La utilización de dosis máximas o superiores a ellas debe hacerse bajo asesoramiento técnico.