
Boro, como B
Nota: Boro » Es uno de los elementos considerados como esenciales. En la actualidad aun no está establecido cuál es su papel en el metabolismo celular; parece ser que facilita el trasporte de azúcares a través de las membranas, que regula el contenido de fenoles y que está involucrado en el metabolismo de las auxinas. En general, estimula el crecimiento de los tejidos del cambium y de los meristemos apicales y favorece la producción de polen y la fecundación.
Los excesos de calcio (Ca) y potasio (K) acentúan los síntomas de deficiencias de boro en tomate. La toxicidad debida a exceso de boro disminuye con aportaciones de Ca pero no con K. En suelos básicos (pH superior a 7) y ricos en Ca, disminuye la disponibilidad de boro como consecuencia de su inmovilización; y, en los ácidos, ligeros y arenosos, porque se pierde disuelto en el agua.
Sus formulaciones simples se destinan al control preventivo y curativo de estados carenciales debidos a deficiencias o desequilibrios en la asimilación de este elemento y para servir de fuente nutricional complementaria a aquellos cultivos que son grandes consumidores tales como acelga, adormidera, alfalfa, algodón, apio, brécol, cacahuate, cebada, chopo, ciruelo, clavel, col, coliflor, colza, crisantemo, cyclamen persicum, endivia, espárrago, gerbera, girasol, guisante, judía, lechuga, lino, manzano, nabo, olivo, patata, pepino, peral, philodendron, pimiento, Primula vulgaris, rábano, remolacha azucarera y de mesa, rosal, tabaco, tomate, trébol, trigo, vid, zanahoria. Se consideran cultivos poco exigentes los cereales, pastos de gramíneas y muchas leguminosas.
Los estados carenciales debidos a deficiencias en la asimilación de boro se caracterizan porque sus síntomas aparecen tardíamente. El primero, difícil de evaluar pero que se presenta constantemente, es la disminución paulatina de la producción de frutos. Son frecuentes los agrietamientos de frutos y peciolos, la presencia de hojas pequeñas y quebradizas así como la presencia de acorchado en frutos similar al producido por la carencia de calcio ("bitter pit"); en la actualidad se acepta que para su corrección resulta útil la utilización del boro junto con el calcio ya que facilita su movilidad y asimilación. La aplicación de boro y molibdeno favorece la producción de polen y, posteriormente, el desarrollo del fruto.
En cultivos herbáceos anuales se aconseja realizar uno o dos tratamientos con intervalo de 15-30 días cuando tengan suficientes hojas, a partir de la 4ª-8ª, como para que puedan retener la pulverización; en alfalfa después de cada corte o de cortes alternos; en clavel durante la primavera y el otoño, 4-6 aplicaciones con intervalo de 25-30 días; en fresa antes y después de la floración; en praderas 2-4 aplicaciones a lo largo del cultivo. Cultivos leñosos: en cítricos debe ser aplicado en postfloración con las nuevas hojas casi desarrolladas, 2-3 aplicaciones con intervalo de 21 días; en frutales de hueso desde la apertura de yemas hasta la caída de pétalos, con intervalo de 7-15 días; en cerezo se aconseja una segunda serie de aplicaciones en postfloración y un último tratamiento antes de la caída de hojas; en frutales de pepita se recomienda aplicar a la apertura de yemas, en floración (1-2 aplicaciones), al cuajado del fruto, al inicio del engorde y en postrecolección; en higuera, aplicar solo al suelo; en olivo debe ser aplicado 30 días antes de la floración y en los tratamientos fitosanitarios; en vid desde la 4ª hoja hasta que el grano esté formado, salvo en plena floración, 2-4 aplicaciones con intervalo de 21 días. Aplicación al suelo, aplicar con el abonado de fondo. En cualquier cultivo que haya soportado una sequía prolongada es aconsejable aportar este elemento, a dosis de mantenimiento, junto con el primer riego.
Se observará que para dos formulaciones de igual riqueza se aconsejan diferentes dosis ello es debido a dos razones:
1ª El coeficiente de asimilación de cada formulado es distinto y depende de su solubilidad y de las sustancias coadyuvantes que lo acompañen.
2ª La riqueza en boro puede estar expresada en boro elemental (B) o en trióxido de boro (B2O3). Para comprobar que dos productos tienen igual contenido en boro es necesario ver en la etiqueta cómo está expresado. Si se quiere transformar el contenido en boro elemental en trióxido de boro se multiplicará por 3''2 y en caso contrario se dividirá por igual cantidad.
Se recomienda aplicar por vía foliar siempre que el pH del suelo sea alto (mayor que 8) y cuando la sintomatología carencial se presente a lo largo del cultivo, cuando la deficiencia sea pequeña y cuando sea necesario aportar pequeñas cantidades de boro. Dosis superiores a las realmente necesarias para el cultivo suelen ser fitotóxicas, por lo que, tanto por vía foliar como cuando se aplica al suelo no debe sobrepasarse la dosis recomendada (ver etiqueta); la utilización de las dosis máximas debe estar respaldada por la recomendación de un técnico basada en los correspondientes análisis foliar y del suelo. No olvide que el boro en exceso es el elemento nutritivo más fitotóxico.
Importante » En esta edición, en formulaciones que contienen boro o molibdeno, aparecen frases como «Agente quelante: EDTA » o parecidas; estas frases se refieren a los microelementos cobalto, cobre, hierro, manganeso y zinc y, en su caso, a los elementos secundarios calcio y magnesio o al potasio pero nunca ni al boro ni al molibdeno. Estos dos últimos microelementos nunca aparecen quelatados ni complejados, siempre aparecen en una forma más o menos soluble, normalmente: ácido bórico, borato sódico, boro etanolamina o molibdato amónico.